Este viaje empezó. Llegué al taller de gestores de memoria con gran expectativa, sobre todo después de recibir la caja viajera, la cual me generó mucha curiosidad, me preguntaba sobre su recorrido, la forma en la que me había llegado y obviamente quería saber que había en su interior. Cuando la abrí y me encontré con esta cantidad de materiales para hacer me encantó porque a mí me gusta mucho hacer con las manos, pintar, dibujar, recortar, etc. Después de abrir la caja, se desplegaron unas alas enormes para volar, haciendo un amplio recorrido por términos que usamos regularmente, pensamos que están muy claros, pero era importante precisar.

Quiero empezar el recuento de este viaje, hablando de la lectura de George Orwell, ya que me gustó mucho como se ilustraba todo este ambiente de represión en el que vivía Winston. Mientras hacía la lectura, subrayé con resaltador términos, nombres o palabras que me parecieron muy dicientes del escrito, tales como: “Gran Hermano, Policía del pensamiento, subterránea red de conspiradores, La Hermandad, La guerra es la paz – la libertad es esclavitud – la ignorancia es la fuerza, ¡Mi salvador!, El crimental, vaporizado, Ministerio de la verdad” entre otros.

En este viaje de términos me encontré con la palabra memoria, de la cual, mirando algunas notas que tomé, es “poner en consenso un recuerdo que para cada uno es de un color diferente” esta definición me pareció hermosa y precisa, pues cada cabeza es un mundo aparte y cada uno ve y recuerda los acontecimientos de diferentes colores. Esto me lleva en este recorrido a la memoria individual.

Creo que la memoria individual son los recuerdos de cada uno sobre algún acontecimiento. Estos recuerdos están permeados, generalmente, por estados de ánimo de las personas, lo que los hace únicos. Hablando de la memoria individual, pienso en el ejercicio de la línea de tiempo. Frente a este ejercicio recuerdo que instalé rápidamente mis dos recuerdos alegres y mis dos recuerdos tristes, luego estuve pensando en otros episodios tristes o alegres que me hubieran marcado en la vida, y pensé que estos cuatro eran los más potentes. Uno triste y uno alegre relacionado con mi padre, e igualmente con mi intención de ser madre. Para el siguiente ejercicio de la cartografía del recuerdo fue gratificante ubicar un recuerdo alegre y uno triste juntos, en el centro de este croquis, pues ambos ocurrieron en el mismo lugar y los guardo en un lugar preciado de mi memoria.

Avanzando en este viaje me encontré con la memoria colectiva, que para mí es el entramado, la conciliación de las memorias individuales, sobre algún acontecimiento. También hablamos en este viaje de otras palabras importantísimas como historia, verdad, pasado, y territorio. Yo defino el territorio como el espacio físico donde ocurren las memorias individuales y colectivas. Llegamos al territorio, con una brújula que dibujé en papel y pinté de muchos colores, llegué a mi territorio, al lugar donde trabajo con mucho cariño, con mis muchachos que con afecto me dicen “madre”, yo me siento honradísima de este título.

Aquí, en un mapa de este territorio que dibujé en una hoja amarilla, ubiqué dos recuerdos míos, al lado de dos acontecimientos importantes ocurridos en el municipio de Corinto, Cauca. También me preguntaron sobre la biografía hermosa del territorio y yo pensé en este pueblito rodeado de tanta naturaleza, con dos ríos sabrosos para bañarse y llenos de historias que contar, pensé en las gentes que he conocido a lo largo de estos años, en todo el trabajo teatral que hemos hecho, en las obras y los mensajes tan importantes que hemos compartido a través de ellas, en todo el público que hemos cautivado.

Así que concluí que definitivamente “Corinto no es lo que te cuentan”, como dice una campaña de la Alcaldía municipal. Sobre la biografía horrorosa, no me extenderé mucho, supongo que lo que todos saben, sobre el peso que carga este pueblo por este absurdo conflicto armado, benéfico para quienes lo patrocinan y desastroso para quienes lo sufren. Llegó el final del viaje, L – I, L – O, el paseo se acabó. He aprendido muchas cosas, creo que tengo varias herramientas creativas que puedo usar para investigar la memoria individual y colectiva del territorio donde trabajo. Ambas son fuentes riquísimas para desarrollar montajes teatrales. Durante estos años de trabajo teatral comunitario con Eureka Teatro, hemos hecho obras a partir de hechos colectivos, como por ejemplo: cómo se fundó el municipio, cómo se le puso el nombre, los diferentes personajes típicos, la avalancha, etc. Pero también otras que han partido de hechos personales, historias de vida. A partir de estas experiencias teatrales, estamos aportando para que tanto los integrantes del grupo como el público general sanen las memorias que haya que sanar.