Adriana Gonzalías Zapata

Animadora teatral y Gestora de memoria

Grupo teatral juvenil y comunitario Teatraje Comuna 15 de Cali, Valle del Cauca.

Programa Jóvenes teatro y comunidad – Teatro Esquina Latina

Gestar la memoria

“Somos esos hechos que pasan, pero que no quieren pasar a la historia como un hecho borrado… queremos ser historia recordada”. (CNMH, relato de Adriana Gonzalías Zapata, taller de memoria, Cali, Valle del Cauca, 2020).

La memoria es una facultad para retener y recordar eventos del pasado: sensaciones, impresiones, sentimientos, hechos de la vida social, recordar nombres de personas, recordar direcciones, recordar cifras, recordar rostros de personas o imágenes concretas, colores. La memoria es un constructo de trabajo relacionado con nuestra psicología de emociones que nos estructura o nos desestabiliza, donde usamos todo ese almacenamiento temporal de información para elaboración nuevas emociones.

Quizás George Orwell en “Big Brother is watching you” nos alerta y nos altera del entorno que estamos construyendo a través de una supra protección que el sistema socio – político – religioso – económico se permite accionar en la memoria de la colectividad a su artificio (a su amaño). Quizás no podemos recordar o no queremos recordar para no entrar o salir de nuestra zona de aparente confort, pero cuando se nos desestabilizan esas emociones reactivamos la memoria para reconstruirnos como seres humanos hechos de carne de emociones y huesos de agitaciones, impregnarnos de la sabiduría del árbol que recorre las venas de nuestra historia, que nos hace partícipes de lo que pertenecemos, de lo que inconscientemente nos hicieron salir, porque somos objetos de memoria, porque estamos llenos de sentidos, lo olemos, lo vemos, lo oímos, lo palpamos, lo saboreamos, no queremos atentar con nuestro propio árbol del cual se gesta en nuestras entrañas.

Ese gestar es llevar, es alimentar y sustentar un propósito que para nuestro proyecto de vida es hacer memoria en la tierra, pisar la tierra y hacer que ella nos inmortalice, nos glorifique como si fuéramos el más grande fruto que ha podido germinar, así pasemos por ella un ratico. Nuestras vidas son afines, son pasajeras pero significativas, cada individuo aporta un aire y un fruto esencial en la tierra, creo que no nacimos para nada tenemos un mensaje y algo que contar a la existencia de la evolución.

Animadores teatrales en recorrido de memoria por la comuna 20 de Cali. Fotografía: Teatro Esquina Latina para el CNMH, 2020.

Esta caja Viajera nos recordó que como gestores sociales de memoria logramos con nuestras acciones sociales engrandecer y enorgullecer el territorio que habitamos y hacer que sus habitantes se enorgullezcan del territorio que han construido a base de historia construida a retazos que fueron trizas en otros pasados, pero en el presente se convierte en una memoria de oportunidades, siendo las semillas del baobab que dejan los elefantes padres, madres, abuelas, tías, vecinos… herederos de las princesas malalaikas y sus príncipes, que quieren seguir un modelo de vida, un principio de oración, una plantilla en su forma como memoria clave de supervivencia donde se reconoce lo sagrado (baobabs) para esos días difíciles donde puedan enfrentarse a pruebas, lo obligado de la vida.

“Cada persona tiene su propio recuerdo, su propia caja”. Somos una caja de resonancia de sensaciones dormidas que estamos en el deber de despertarlas, si queremos reconstruir un país seducido por la violenta opulenta del olvido o de memorias desdeñadas. ¿Nos conviene olvidar? ¿Deconstruir familias que no entretejen sus diálogos? ¿Nos conviene un presente hecho de falaces pasados? ¿Será que aquellos que queden no les interese saber de dónde venimos y hasta dónde llegaremos? ¿De qué se construirán sus vidas si no sabrán nada, sino les dejamos nada? Son una serie de preguntas que rondan las cabezas de aquellos que construimos sociedad, una sociedad hecha por familias sagradas como la religión, como semilla inmortal que vence el olvido, como la resistencia a la mutilación de la narrativa emocional.

Somos una cajita de entenderes. Sabemos lo que queremos contar y lo que necesitamos contar. Resignificar la memoria es simplemente hacer conexión entre dos cosas, para que una le dé un significado a la otra. Sientes que algo te incomoda, eso significa algo, tienes una idea, un pensamiento, que expresado en palabras mejora nuestra realidad o por lo menos la altera para encontrar un fin común, un bien común.

¡Ve!

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